sábado, 26 de marzo de 2011

Fukushima, mon amour


 Por Ryu Murakami 1

Dejé mi casa en la ciudad portuaria de Yokoma a primera hora de la tarde del viernes 11, poco después de las 3. Me registré en mi hotel habitual del barrio de Shinjuku en Tokio poco después. Suelo pasar tres o cuatro días por semana ahí para escribir, recopilar material y hacer trámites.

El terremoto nos sacudió en el momento en que entraba en mi cuarto. Con la sensación de que iba a terminar atrapado entre escombros, manoteé un bidón de agua, una caja de galletitas y una botella de brandy antes de sumergirme debajo de la sólida tapa del escritorio. Ahora que lo pienso, no habría tenido tiempo de saborear el brandy si el hotel de 30 pisos se hubiese derrumbado. Pero esas precauciones mantuvieron el pánico a raya. Un anuncio de emergencia llegó enseguida por el sistema de sonido: “Este hotel fue contruido para ser antisísmico. No hay riesgo de que colapse. Por favor, no intente abandonar el edificio”. El mensaje fue repetido varias veces. Primero me pregunté si sería cierto, o si la gerencia pretendía mantener a la gente en calma. Y fue entonces que, sin pensarlo, adopté mi posición ante el desastre: por ahora, al menos, voy a confiar en la palabra de personas e instituciones con mejor información y conocimiento de la situación que yo. Decidí creer que el edificio no se derrumbaría. Y no lo hizo.

Se dice que los japoneses son fieles a las reglas del “grupo” y adeptos a formar sistemas de cooperación de cara a las grandes adversidades. Sería algo difícil de negar hoy. Rescates valientes y esfuerzos asistenciales se llevan a cabo de manera incesante, y no se registran robos ni saqueos. Pero lejos de la mirada del grupo, sin embargo, también tenemos la tendencia a actuar de manera egoísta –casi como una forma de rebeldía–. Y estamos experimentando eso también: insumos básicos como arroz, agua y pan desaparecieron de los supermercados. Las estaciones de servicio no tienen nafta. Se compra en pánico. La lealtad al grupo está siendo testeada.

Nuestra máxima preocupación presente es, sin embargo, la crisis de los reactores nucleares en Fukushima. Hay una masa confusa y conflictiva de información. Algunos dicen que la situación no es tan mala como Chernobyl; otros, que los vientos podrían arrastrar la radioactividad hacia Tokio, por lo que deberíamos quedarnos en casa comiendo grandes cantidades de ciertas algas, que tienen un alto contenido de yodo seguro, lo que ayuda a prevenir la absorción de radiación. Un amigo norteamericano me recomendó que me fuera hacia el oeste de Japón.

Algunos están efectivamente dejando Tokio, pero la mayoría permanece. “Tengo que trabajar”, dicen algunos. “Acá tengo mis amigos y mis mascotas.” Otros razonan: “Incluso si se convierte en una catástrofe como la de Chernobyl, Fukushima queda a 170 kilómetros de Tokio”. Mis padres se encuentran en el oeste, en Kyushu, pero no planeo ir. Quiero quedarme acá, junto a mi familia, mis amigos y las víctimas del desastre. Quiero darles coraje, como ellos me están dando coraje a mí.

Por ahora, me quedo con lo que decidí en mi habitación de hotel: voy a confiar en la palabra de personas y organizaciones mejor informadas, especialmente los científicos, médicos e ingenieros que leo en internet. Sus opiniones y diagnósticos no reciben demasiada cobertura. Pero su información es objetiva y precisa, y confío en ella más que en cualquier otra cosa que escucho.

Diez años atrás, escribí una novela en la que un estudiante de colegio pronunciaba un discurso ante el Parlamento, y decía: “Este país tiene todo. Se puede encontrar cualquier cosa que uno quiera acá. Lo único que no tiene es esperanza”. Uno podría afirmar lo opuesto hoy: los centros de evacuados sufren escasez de alimentos, agua y medicamentos; también hay falta de bienes y energía en Tokio. Nuestro modo de vida está amenazado, y el gobierno y las compañías de servicios no han respondido adecuadamente.

Pero por todo lo que perdimos, la esperanza es algo que los japoneses hemos recuperado. El gran terremoto y el tsunami nos han robado muchas vidas y recursos. Pero nosotros, tan intoxicados con nuestra propia prosperidad, hemos vuelto a sembrar la semilla de la esperanza. Por eso decido creer.

1 Ryu Murakami —el otro Murakami—, a pesar de ser menos conocido que Haruki, es un escritor japonés de éxito y prestigio. En castellano, se consigue una breve y poderosa novela: Azul casi transparente (Anagrama).

jueves, 24 de marzo de 2011

Cómo ven los niños a su Mamá!

Encuesta realizada a niños de 2º y 3º grado de primaria.


Estas fueron algunas de las respuestas más graciosas.

¿Quién es el jefe en tu casa?
1. Mi mamá no quiere ser jefe pero tiene que serlo porque mi papá es chistoso.
2. Mi mamá. Lo sabes por la inspección de mi cuarto. Ella ve hasta lo que hay debajo de mi cama.
3. Creo que mi mamá, pero sólo porque ella tiene más cosas que hacer que mi papá.

¿Por qué hizo Dios a las Madres?
1. Porque son las únicas que saben dónde están las cosas en la casa.
2. Principalmente para limpiar la casa.
3. Para ayudarnos cuando estábamos naciendo.
4. Para que nos quisieran.

¿Cómo hizo Dios a las Madres?
1. Usó tierra, como lo hizo para todos los demás.
2. Con magia, además de súper poderes y mezclar todo muy bien.
3. Dios hizo a mi mamá así como me hizo a mí, solo que usó partes más grandes.
4. Yo creo que tardó mucho en hacerlas, pues mi papá dice que a veces las mujeres son muy complicadas.

¿Qué ingredientes usó?
1. Dios hizo a las madres de nubes y pelo de ángel y todo lo bueno en este mundo y una pizca de malo.
2. Tuvo que empezar con huesos de hombres y después creo que usó cuerda, principalmente.
3. Yo creo que con muchas flores ...

¿Por qué Dios te dio a tu mamá en vez de otra mamá?
1. Porque somos parientes.
2. Porque Dios sabía que ella me quería más a mí que otras mamás que me quisieran.
3. Porque nos parecemos mucho.

¿Qué clase de niña era tu mamá?
1. Mi mamá siempre ha sido mi mamá y nada de esas cosas.
2. No se porque no estaba yo allí, pero creo que ha de haber sido muy mandona.
3. Dicen que antes era muy linda.

¿Qué necesitaba saber tu mamá de tu papá antes de casarse con él?
1. Su apellido.
2. Si quería casarse con ella.
3. Pues... si tiene trabajo y si le gusta ir de compras.
  
¿Por qué se casó tu mamá con tu papá?
1. Porque mi papá hace el mejor spaghetti en el mundo y mi mamá come mucho.
2. Porque ya se estaba haciendo vieja.
3. Mi abuela dice que porque no se puso su gorra para pensar.
4. Para poder ser la mamá de la casa.

¿Cuál es la diferencia entre las mamás y los papás?
1. Las mamás trabajan en el trabajo y en la casa y los papás solo van al trabajo.
2. Las mamás saben hablar con las maestras sin asustarlas.
3. Los papás son más altos y fuertes, pero las mamás tienen el verdadero poder porque a ellas les tienes que pedir permiso cuando quieres quedarte a dormir en casa de un amigo.
4. Las mamás tienen magia porque ellas te hacen sentir bien sin medicina.

¿Qué hace tu mamá en su tiempo libre?
1. Las mamás no tienen tiempo libre.
2. Si lo oyes de ella, paga cuentas TODO el día...
3. Creo que... trabajar.

¿Qué haría a tu mamá perfecta?
1. Por adentro ya es perfecta, pero afuera creo que un poco de cirugía plástica.
2. Que no me regañara tanto y que me dejara ver más tele.
3. Si supiera jugar fútbol...

¿Si pudieras cambiar algo de tu mamá, que sería?
1. Tiene esa cosa rara de pedirme que siempre limpie mi cuarto. Eso le quitaría.
2. Haría a mi mamá más inteligente, así sabría que mi hermano me pegó primero y no yo.
3. Me gustaría que desaparecieran esos ojos invisibles que tiene atrás de su cabeza.
 

Una vez que dejen de sonreír, pueden enviar este artículo a otras mamás, tías, abuelas o a cualquiera que tenga algo que ver con niños o que sólo necesite sonreír un poco.

sábado, 5 de marzo de 2011


Córdoba, el destino de mayor crecimiento


En enero y febrero hubo 7% más de visitantes que en 2010. Igual, Buenos Aires fue la provincia con más cantidad de turistas.


·                                 23/02/2011 00:01 , por Redacción LAVOZ




Punilla. Mayú Sumaj, por su cercanía con Villa Carlos Paz,
es uno de los balnearios preferidos por los jóvenes 


 



Si se toma como destino único, la provincia de Córdoba fue el más elegido por los veraneantes de febrero, según estadísticas difundidas ayer por el Ministerio de Turismo de la Nación. La cifra oficial estableció que Córdoba registró 861.729 arribos en las dos primeras semanas de febrero.
El segundo destino más visitado fue la ciudad de Mar del Plata, con 652.293 arribos. En la costa atlántica de la misma provincia de Buenos Aires, el Partido de la Costa acumuló 507 mil arribos y Pinamar contabilizó 240 mil, entre los principales destinos. En rigor, si la comparación fuese por provincia, la de Buenos Aires sería la de mayor movimiento, como ocurrió históricamente.
Para el caso de Córdoba, el Ministerio nacional tomó a toda la provincia como destino y concluyó que respecto al mismo período del año anterior creció un siete por ciento, con un porcentaje promedio de ocupación del 65,5 por ciento y una estadía promedio de 5,3 días en esa quincena.
El informe cita además a tres localidades dentro del “destino Córdoba” como las de mayor poder de convocatoria: en Villa Carlos Paz asegura que se registró una ocupación promedio del 85 por ciento, mientras que en Villa General Belgrano y Santa Rosa de Calamuchita llegó al 94 por ciento de sus plazas.
El movimiento en las diferentes zonas turísticas del país fue en los dos primeras semanas de febrero de 4,4 millones de turistas, que implicarían un incremento del 4,4 por ciento respecto al mismo período del año anterior y de un 44 por ciento en relación al período 2003/2011, según citó ayer el ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer.

Desde las sierras. Informes publicados por este diario ya advertían que las principales localidades turísticas cordobesas admitían su asombro por el alto porcentaje de ocupación que registraron en febrero. En las principales señalaban que, a diferencia de otros veranos, se percibió en mucha menor escala el salto en baja de enero a febrero.
De hecho, según los datos de las oficinas municipales de Turismo, las principales localidades serranas tuvieron entre 80 y 95 por ciento de ocupación en febrero, porcentajes que se prolongaron casi hasta el 20 de este mes. Recién desde esta semana se percibe un menor movimiento (ver Esta semana... ).

Récord. El buen febrero siguió a un enero que la mayoría de los destinos cordobeses califican como récord. La ocupación en la segunda quincena del primer mes del año rozó en algunas localidades el ciento por ciento. En febrero decayó en las poblaciones de habitual menor convocatoria.
Ya para enero, el Ministerio de Turismo señalaba a Córdoba como el destino nacional de mayor crecimiento respecto del verano anterior. Para la primera quincena de ese mes, estimó en 914.781 los veraneantes en las sierras, con un crecimiento del ocho por ciento en un año.
La diferencia de arribos entre la primera quincena de enero y la primera de febrero fue de apenas un seis por ciento.
Teniendo en cuenta que enla segunda quincena de enero (la más movida en todo el país), en Córdoba se superó el millón de visitantes, es probable es-timar que sumando los dos meses la cifra total supere los dos millones de turistas. Si se acumula fines de diciembre y parte de marzo, podría trepar a 2,5 millones.

martes, 1 de marzo de 2011

Los dos grandes errores de la mente humana

Se dice que la experiencia es la madre de la ciencia, que de los errores se aprende y que la historia sirve para construir y comprender el presente. También se dice que hay que sembrar para recoger un buen futuro, que nadie sabe lo que va a pasar, que más vale ser precavido. Día a día, sin que nos demos cuenta, va calando en nosotros toda una serie de máximas que, consciente o inconscientemente nos evade del presente, haciendo que nos preocupemos por un tiempo que en estos momentos, simplemente, no existe.

Así... tenemos dos grandes vectores de pensamiento que definen nuestra cotidianidad: el pasado y el futuro. El pasado nos sirve para memorizar lo que ocurrió haciendo uso de una actitud errónea. El futuro para preparar el presente de manera adecuada.

Sin embargo, esta forma de pensamiento ha llevado al hombre de hoy en día a obrar erróneamente. Se lamenta del pasado y teme al futuro, constantemente. Y la realidad es que el hombre moderno tiene cubiertas todas sus necesidades y debe enfocar su potencial a vivir el momento. La razón es que posee una gestión del conocimiento apoyada en una sociedad muy rica (de la que siempre puede extraer lo que necesite). Pero, por paradójico que parezca, mira al pasado con nostalgia, lamentándose de lo que fue y teme al futuro y a la incertidumbre.

Así pues, es tarea inútil e infructuosa pensar en el pasado y el futuro de forma constante y negativa. El pasado no se puede cambiar. El futuro no se puede planificar. Podemos pasar años pensando en el pasado y nada de lo que ocurrió va a cambiar; de nada vale lamentarse. En cuanto al futuro... podemos estar una semana entera temiendo la llegada de un día terrible en el trabajo... llegará ese día... y las tareas saldrán solas, sin problema alguno.

Por supuesto, se puede dar el caso de que SÍ existan problemas reales y fundados. Bueno... ¿cuántas veces nos hemos visto con problemas a lo largo del día y se van resolviendo uno tras otro? ¿Cuántas veces al terminar el día hemos pensado ‘con lo difícil que se presentaba el día y ya está todo resuelto’?

Ese es el espíritu que debemos desarrollar. Un espíritu de tinte bohemio, de despreocupación. Una actitud que nos permita relajarnos antes los problemas que nos aquejan. Problemas que siempre están causados por recuerdos o elucubraciones  de tinte vano o superfluo. Cuando lleguen esos pensamientos... lo mejor es desecharlos.

¿Entonces, no debemos tener ningún tipo de plan en nuestra vida, ninguna guía, ningún principio? Obviamente, in meritam virtus (en el equilibrio está la virtud).

Seguramente conozcas aquel hombre que pasó semanas preocupado porque alguien vaticinó las catastróficas consecuencias del efecto 2000. Catástrofes de tal envergadura que acabarían con su empresa. Pocos días antes se suicidó. El año 2000 llegó, hubo fuegos artificiales en nochevieja, churros con chocolate por la mañana, y cuesta de enero en el corte inglés. Nada más ocurrió. Sólo que ese hombre ya no estaba en el mundo para verlo.

Como éste, podemos describir varios ejemplos de pensamiento erróneo, mucho más comunes. Pensamientos donde el pasado y el futuro están presentes. Pensamientos que podemos desechar en cuanto llegan a la mente, sabiendo qué no deben existir porque apenas sirven para nada.

Realmente... ¿nos merece la pena pensar en lo que pasó o en lo que está por llegar?

La realidad está aquí y ahora. Lo demás se fué o vendrá, pero nunca dependerá de nosotros. Cambiemos nuestra forma de pensar y de ver el mundo. Afrontémoslo con ganas, decisión y una actitud positiva.

tomado de http://nosientes-gdmalbin.blogspot.com/search/label/OTROS, 17 oct 2010

CINCO LETRAS

No me digas adiós,
¿no ves que sufro?
¿Cómo puedes juntar en cinco letras
dos sueños, que forjaron juntos
castillos de cristal, de oro y plata,
en el mágico reino de la dicha
y arrojarlo como piedra a un espejo
donde también tu angustia se refleja?
¿Porqué decir adiós tan simplemente
cuando sabes que lloramos juntos,
aunque tus lágrimas escondes en un beso,
que quiso ser pero quedó en un roce
y en mi mejilla se volvió una pena?
¿No ves cuánto pesar carga ese adiós
para dos corazones que latieron juntos,
que en horas felices devoraron siglos
y palpitaron cual tropel enardecido?
No me digas adiós,
¿no ves que muero?
Y en esta lenta agonía que recién empieza,
si tu te vas o yo me quedo,
sólo recuerda que en mí tendrás,
aunque no quieras,
la enorme dicha de saberte diosa.





                                              mtroir

Aclaración solicitada.

Para todos los que preguntaron, mtroir es el seudónimo con que yo firmo a veces mis escritos y poemas.