miércoles, 23 de febrero de 2011

Puertas, grietas, túneles y agujeros.

por Rodrigo Fresán desde Barcelona 



UNO Mi cuento favorito de H.G. Wells –y uno de mis relatos preferidos de cualquier escritor– es “The door in the wall”, publicado originalmente en julio de 1906 en el Daily Chronicle e incluido al año siguiente en el libro The Country of the Blind. Genial ya desde su sencillo y aparentemente normal pero tan inquietante título (toda puerta está, en teoría, interrumpiendo el fluir de una pared; pero hay algo extraño en que se presente a la puerta como algo metido en un muro, como un agujero, ¿no?) lo que aquí cuenta Wells es la odisea privada de un tal Lionel Wallace. Hombre de éxito que, de tanto en tanto, a través de un portal que aparece y desaparece desde su infancia y a lo largo de los años en los muros de su vida, huye y va y vuelve de un mundo alternativo de “realidades inmortales” rebosante de “paz, delicia, belleza más allá de todo sueño y una bondad como nadie en la tierra ha conocido jamás”. El final –la historia nos la narra un amigo del viajero– es previsible pero no por eso menos tremendo: Wallace anuncia que se irá para ya no regresar, desaparece, y a los pocos días encuentran su cadáver en el foso donde van a dar los túneles de unas obras cercanas a la East Kensington Station. El narrador se pregunta entonces lo que nos preguntamos nosotros: ¿Fue? ¿Volvió? ¿Dejar su cuerpo de este lado era el peaje, el precio del pasaje? ¿O simplemente, víctima de su delirio, se cayó en un pozo?
DOS Leo X’ed Out, el nuevo comic de Charles Burns (Mondadori lo publicará a la brevedad con el título de Tóxico) que comienza con alguien que se despierta y descubre un agujero en el muro de su habitación. Y, por supuesto, los agujeros están para atravesarlos. Y allí va, por un túnel, el héroe alucinado con cadencia David Lynch y trazo Hergé (hay un más que evidente guiño a La estrella misteriosa, mi Tintín favorito con ese comienzo de grietas y terremoto) rumbo a un mundo extraño habitado por seres más extraños a los que nuestro mundo normal les parecería, sí, tan anormal.
TRES Ahora hace mucho frío pero la gente sigue caliente. Nada de “paz, delicia, belleza más allá de todo sueño y una bondad como nadie en la tierra ha conocido jamás”. El año empezó con una de esas “injusticias” que contaminan el aire de los cafés donde ya no se puede fumar. El Balón de Oro a Messi y no a un español –Xavi o Iniesta– de la casi barcelonesa selección campeona del mundo. Claro está que cuesta enojarse con Messi, a quien los locales quieren tanto como detestan a Ronaldo o al insoportable Mourinho. Messi complace a la tía soltera y al punk en llamas, y tiene algo de aquel Chance en la novela de Jerzy Kosinski. Imposible olvidarlo recogiendo la pelota dorada, trajeado como animador de fiestas infantiles con esa sonrisa todavía más infantil que recuerda a la del lunático Andy Kaufman. Si alguna vez le escriben a Messi sus memorias propongo que se titulen Desde la cancha. Y que en la portada salga una foto de Messi saliendo de una grieta en el césped esmeralda del Camp Nou.
CUATRO Y de lo que en realidad habla Wells en “The Door in the Wall” es de la preservación de cierto espacio alternativo, de la precisa ubicación de un punto de fuga al que no hay que perder nunca de vista. El relato puede leerse como un anexo al Peter Pan de James Matthew Barrie, amigo de Wells, y a tantas otras ficciones contemporáneas que se apoyan sobre la idea de la preservación del tiempo perdido, sobre la posibilidad de salirse del río de los años y contemplar a los demás pasar y envejecer desde las orillas. Drácula, Dorian Gray, Ayesha, Peter Pan... Todos ellos ajenos a esas grietas que, por una cuestión de piedad con nosotros mismos, convinimos en rebautizar como arrugas.
CINCO Y leak significa filtración y las cosas se filtran a través de las fisuras y grietas del sistema. Lo que nos lleva a Wikileaks y a Julian Assange, quien seguramente ya anda ofreciendo sus memoirs al mejor postor. El nuevo sex-symbol para las juventudes progres y la bestia negra para la madurez conservadora. Días atrás, en un sketch de Saturday Night Live se lo enfrentaba a su contraparte eléctrica. A otro ídolo virtual: Mark Zuckerberg, el “creador” de Facebook. Y el actor que imitaba a Assange se quejaba: “No entiendo: yo entrego los datos privados de las corporaciones a la gente y soy el malo, mientras que él entrega los datos de la gente a las corporaciones y es el bueno”. Algo de razón tiene. Pero pequeño detalle: para ser el bueno buenísimo de la película, Assange debería entregar los datos de todos y no solamente de turbios y tontos funcionarios del gobierno norteamericano. En lo personal, todavía estoy esperando todo eso que Assange decía tener en su poder –cuando encendió su ventilador informático de mierda– acerca de los chanchullos de la banca internacional y que todavía no he leído en ninguna parte.
SEIS Mientras tanto, me entero de que de todo el dinero recaudado y prometido para aliviar las grietas y agujeros y muros caídos por el terremoto de Haití, un año después, sólo se ha entregado a sus destinatarios un 10 por ciento de la cantidad anunciada. El resto, parece, no ha podido filtrarse a través de los canales habituales y blablablá. Postales de Haití en los noticieros: todo está como estaba, todo lo que se cayó no se levantó y ahora, además de furia, hay cólera. País zombi, país muerto vivo, y hasta la próxima catástrofe maléfica para los nacionales a ser explotada por los internacionales benéficos de siempre, cada uno de su lado.
SIETE La delgada línea que separa a unos de otros es, en ocasiones, el preámbulo de un abismo insondable e imposible de franquear con unos y otros mirándose desde un borde a otro. Subrayo frase de G.K. Chesterton –amigo de Wells y de Barrie– citada en la flamante biografía de Marshall McLuhan que acaba de publicar Douglas Coupland. Aquí está: “El mundo moderno se ha divido por completo entre Conservadores y Progresistas. Los Progresistas son los encargados de continuar cometiendo errores. Los Conservadores son los encargados de evitar que esos errores sean corregidos”.
Errar es humano, suelen excusarse los inhumanos cuando les conviene equivocarse, cuando se equivocan a su favor.
OCHO Y crack significa grieta y crack financiero y los tiempos que corren nos han obligado a convertirnos en pseudoexpertos de abstracciones como “inyección de fondos”, “subasta de la deuda”, esas cosas. Y Grecia, Irlanda y Portugal... y España en la mira. Todos van cayendo como personajes de nombre complejo en aquellos thrillers de Agatha Christie. Pero al menos los libros de la Gran Dama del Crimen –recuerden– venían con guía de personajes a consultar cada vez que nos perdíamos yendo de la muerta en la cama al muerto en el living o, perdón, en la biblioteca, donde se sirve el brandy y se encienden los cigarros.
NUEVE Portada de la revista humorística El Jueves. Allí, uno de los dos líderes sindicales al frente de Comisiones Obreras se entusiasma: “¡Por fin! ¡Es la revolución! ¡La gente sale a la calle!”. El otro, resignado, le aclara los tantos: “Me parece que no: es que ya no pueden fumar dentro”.
Puertas otra vez. Al otro lado de la puerta, por favor.
DIEZ Y Benedicto XVI vuelve a hacer reformas en los planos de la eternidad (el limbo, el Purgatorio como “fuego interior”, esas cosas, más detalles otro día) sin precisar cuál es el círculo que les toca a Berlusconi y a sus diablitas conejitas. Me quedo, mejor, con Adolfo Bioy Casares, en su Autocronología, evocando temblores de niño que, con el tiempo, crecen a firmezas de escritor: “1921 - Me explican: por las grietas que en cualquier momento se abren en la corteza del mundo, un diablo puede tomarnos de un pie y arrastrarnos al infierno. Lo sobrenatural como algo aterrador y triste”.
ONCE El fin de semana pasado, un triunfal Mariano Rajoy, en un mitin del Partido Popular, exclamó al borde del orgasmo que “España tiene sed de urnas”. El problema es si las ranuras de las urnas por las que se meten los votos son, en realidad, grietas que se abren en la corteza del mundo por las que un diablo... Lo político como algo aterrador y triste.
DOCE Apago la computadora –¿puerta?, ¿grieta?, ¿agujero?– y me voy a dormir. A soñar. A cruzar. A progresar y a conservarme. A dejarme caer o a agarrarme al borde del sueño o a viajar por ese túnel del tiempo que es la noche. Mañana será otro día, otro mundo, otro muro.

jueves, 17 de febrero de 2011

Respuestas para Preguntas inteligentes.

Respuestas:


1. 116 años, desde el 1337 hasta el 1453.

2. De Ecuador.

3. De ovejas y caballos.

4. En Noviembre. El calendario ruso estaba 13 dias retrasado respecto del nuestro.

5. De pelo de ardillas de los pinares.

6. El nombre en latín era Insularia Canaria (Tierra de los Perros).

7. Alberto. Cuando asumió el trono en 1936, respetó el deseo de la Reina
    Victoria de que ningún rey fuera, en el futuro, llamado Alberto.

8. De un carmín característico.

9. Provienen de Nueva Zelanda.

10. Treinta años, por supuesto: desde 1618 hasta 1648.





Puntuación y valoración personal:

10 respuestas acertadas, Ingeniero de la NASA, o equivalente

5 respuestas acertadas, Becario y gracias…

1 respuesta acertada, Homero Simpson

0 respuestas acertadas….?????

Nueva York otra vez da un ejemplo.

En Nueva York no se podrá fumar en plazas, parques ni playas

Redacción
BBC Mundo

El célebre Central Park de Manhattan será libre de humo.
El Consejo de Nueva York aprobó una de las medidas antitabaco más duras que se hayan adoptado en una gran ciudad: a partir del mes de junio fumar estará prohibido en Times Square, Central Park o cualquier otro parque, playa, embarcadero o plaza pública de la Gran Manzana.
Bajo la nueva disposición cualquier persona que sea descubierta encendiendo un cigarrillo en algunos de los 1.700 parques o los 23 kilómetros de playa de la ciudad de los rascacielos será multada con hasta 100 dólares.
Ya en 2003 los bares y restaurantes de la ciudad más poblada de Estados Unidos fueron declarados libres de humo.
Su alcalde, Michael Bloomberg, dijo que la medida se tradujo en unos 350.000 fumadores menos.
Además, según él, los neoyorquinos viven hoy diecinueve meses más que en 2002.
"Este verano, los neoyorquinos que acudan a nuestros parques y playas para tomar aire fresco y divertirse podrán respirar un aire aún más limpio y sentarse en una playa que no esté llena de colillas de cigarrillos", dijo Bloomberg tras la votación, de 36 votos contra 12.
"Las estadísticas no mienten: El humo mata a los fumadores pasivos. Nadie debería tener que inhalar el mortal humo de los cigarrillos cuando va a un parque o a la playa", añadió la concejal Christine Quinn, una de las principales impulsoras de la iniciativa.
La nueva prohibición forma parte de un programa más ambicioso que establece también más impuestos sobre los paquetes de cigarrillos, que en Manhattan superan los diez dólares.

 

 

 

¿Demasiado?

La ciudad espera que la ley sea autoimpuesta, es decir, que los residentes le recuerden a quien esté por prenderse un cigarrillo que fumar es ilegal. De hecho, la policía no será responsable de hacerla cumplir.

Para algunos, la nueva prohibición lleva las cosas demasiado lejos. Varios de los concejales que votaron en contra de la medida la consideran una violación de los derechos individuales. 

"Creo que el gobierno está siendo demasiado restrictivo en este tema", dijo Robert Jackson, un demócrata de Harlem. "Sólo una sociedad totalitaria tiene este tipo de restricciones", añadió.
También está prohibido fumar en los parques de la ciudad de Los Ángeles y Chicago en los parques con juegos infantiles.
A menudo se la llama "la ciudad que no duerme". Nueva York no es todavía la ciudad que no fuma, pero pronto lo será.

MIENTRAS, EN ESPAÑA...

En España no todos quieren cumplir con la ley antitabaco que entró en vigencia el pasado dos de enero.
Esta permite fumar sólo al aire libre y en las terrazas de los establecimientos comerciales, siempre que estas no tengan techo y estén delimitadas por un máximo de dos paredes.
Pero ahora es posible descargar una aplicación gratuita para iPhone, que permite denunciar a aquellos locales o empresas que incumplen la normativa.
Desde que la App Store dio luz verde a la distribución del programa "Antitabaco" ha habido más de 2.000 descargas y 300 lugares denunciados.

La comunicación musical es una forma de empatía

Estudio revela los efectos de la música sobre nuestro cerebro y nuestras emociones

La música provoca emociones, ¿pero cómo lo hace? Un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Florida Atlantic University de Estados Unidos ha revelado algunas de las claves neuronales que propician esta respuesta emocional. En primer lugar, nuestro cerebro es sensible a los matices de las interpretaciones, que sólo pueden ser aportados por sus intérpretes. Esta sensibilidad aumenta en función de la experiencia musical que se tenga. En segundo lugar, la música activa dos áreas cerebrales concretas: la red motora, que nos permite seguir el ritmo de la música; y el sistema de neuronas espejo, que hace de la comunicación musical una forma de empatía. 
Por Yaiza Martínez.


Es bien sabido que la música provoca emociones. Pero, ¿por qué algunas piezas e interpretaciones musicales nos conmueven, mientras otras nos dejan indiferentes? ¿Por qué los músicos deben pasar años perfeccionando la interpretación de los sutiles matices que pueden hacernos llorar?

Un equipo de científicos de la Florida Atlantic University (FAU), de Estados Unidos, ha conseguido ahora identificar los aspectos musicales clave capaces de causar emociones relacionadas con nuestra actividad cerebral.

Además, según publica la FAU en un comunicado, los investigadores han mostrado por vez primera los efectos de los matices de la interpretación musical en el cerebro, a tiempo real.

Expresiva y mecánica

Edward Large y Heather Chapin, principales autores de la investigación, creen que los resultados obtenidos permiten explicar cómo las interpretaciones musicales activan los centros emocionales del cerebro.

Asimismo, afirman que la técnica empleada en su estudio propiciará la aparición de nuevas formas de análisis de las respuestas a la música y a otros estímulos emocionales.

Para la investigación, los investigadores registraron en primer lugar la interpretación musical de una pieza de Frédéric Chopin, realizada por un experto, en un piano computerizado (interpretación “expresiva”).

Después, los científicos sintetizaron una versión de esta misma pieza usando un ordenador, sin incluir en esta segunda versión los matices de la interpretación humana (interpretación “mecánica”).

Las dos versiones de la pieza de Chopin utilizada presentaban los mismos elementos musicales: melodía, armonía, ritmo, tempo y sonoridad, pero sólo la “interpretación expresiva” incluía las variaciones que los pianistas aplican para evocar respuestas emocionales en los oyentes.

Estudio en tres fases

Large y Chapin presentaron posteriormente estas dos versiones a un grupo de voluntarios con alguna afinidad con la música.

Mientras éstos escuchaban la pieza en ambas versiones, los investigadores analizaron su comportamiento y registraron imágenes de su actividad cerebral. Para ello, utilizaron la llamada tecnología fMRI, que consiste en un escáner que detecta los cambios en el flujo sanguíneo del cerebro, relacionados con la actividad neuronal de éste.

El experimento de escucha se realizó en tres fases. En la primera, los voluntarios informaron de sus respuestas emocionales al escuchar ambas versiones, y a tiempo real, a través de un programa informático especializado.

Inmediatamente después de evaluar sus emociones, los voluntarios fueron sometidos al análisis con fMRI, mientras volvían a escuchar ambas versiones de la pieza escogida. Al terminar esta fase, se les pidió a los participantes que volvieran a evaluar sus emociones en función de cada versión.

El estudio fue realizado en tres pasos para asegurar la consistencia entre la información facilitada por los voluntarios y los resultados obtenidos con el escáner de fMRI, explican los investigadores.

Experiencia y placer

La tecnología fMRI sirvió como herramienta clave para el análisis de aquellas áreas del cerebro que se activan como respuesta a la música. El análisis de la actividad cerebral estableció una comparación entre las respuestas neuronales a la actuación expresiva y las respuestas neuronales a la actuación mecánica; y también entre la actividad neuronal de los oyentes con mayor experiencia musical y los menos experimentados.

Por último, el análisis permitió comparar también los cambios de tempo de la interpretación musical con las activaciones neuronales de los oyentes, a tiempo real.

Los resultados obtenidos confirmaron la siguiente hipótesis: una interpretación expresiva llevada a cabo por un virtuoso pianista provoca gratificación y emociones, vinculadas con la actividad neuronal. Además, aquellos oyentes con mayor experiencia musical presentaron una actividad incrementada en los centros de emoción y recompensa del cerebro, en comparación con el resto de los participantes.

Según explica Large: “Los voluntarios que contaban con alguna experiencia musical no eran músicos profesionales, pero habían tenido alguna experiencia interpretando música, como cantar en un coro o tocar en un grupo”.

Los datos de la fMRI obtenidos sugieren, por tanto, que en los oyentes la experiencia musical está relacionada con una activación neuronal mayor al escuchar música.

Sin embargo, señala Large, a partir de estos datos no se puede establecer si dicho incremento en la activación neuronal está causado por la experiencia musical o si es el hecho de que algunas personas tengan una predisposición neuronal mayor a sentir placer con la música, lo que hace que busquen más que otras personas el tener experiencias musicales.

Una forma de empatía

Además de estas comparaciones, los datos del escáner fMRI revelaron la actividad neuronal que provocan los matices de la interpretación musical, a tiempo real.

Estas activaciones neuronales se produjeron en las siguientes áreas del cerebro: la red motora cerebral, que se piensa sería responsable de nuestra capacidad de seguir el ritmo de la música, y el sistema de neuronas espejo.

Este sistema, que se activa cuando observamos a otros realizando cualquier acción, parece jugar un papel fundamental tanto en la comprensión como en la imitación de las acciones ajenas.

Según Large, “anteriormente, se había pensado que el sistema de neuronas espejo proporciona un mecanismo que permite a los oyentes sentir la emoción del intérprete, lo que haría de la comunicación musical una forma de empatía. Nuestros resultados respaldan esta hipótesis”.





jueves, 3 de febrero de 2011

Un anticipo de una gran obra de arte de todos los tiempos.

El payador perseguido.